domingo, 15 de marzo de 2009

Origen del Mito de los Vampiros

Esta leyenda de vampiros es de 125 A.C. originalmente estaba escrita en griego. Las leyendas de vampiros se originaron de este a oeste en compañía de las caravanas a lo largo de la ruta de la seda por el Mediterráneo. De allí se extendieron a Asia y luego a las tierras Eslavas y los Carpatos. Los mitos estaban originalmente más estrechamente asociados con Irán, entonces emigraron alrededor del siglo VIII, a donde están ahora. Casi en cuanto llegaron, el proceso de cristianización empezó y las leyendas de vampiros sobrevivieron como mitos. Más tarde los Gitanos emigraron desde norte hacia el oeste de la India (donde tienen varios mitos de vampiros ), ya allí sus mitos se mezclaron con los del pueblo Eslavo.
Los Gitanos llegaron a Transilvania brevemente antes de que Vlad Dracula naciera en 1431. El vampiro aquí era el fantasma de una persona muerta, que en la mayoría de casos habían sido una bruja, mago etc. Se tiene miedo a los vampiros, porque ellos matan personas pero al mismo tiempo se parecen a ellas. Pero hay ciertas cosas que los diferencian de un ser vivo, no puede proyectar ningún tipo de sombra ni se puede reflejar en ningún espejo. Además los vampiros pueden cambiar de forma, como por ejemplo la de un murciélago y eso lo hace sumamente difícil de capturar. Al empezar un nuevo día los vampiros tienen que dormir en sus ataúdes por que los rayos del sol los matarían, pero por la noche despiertan sedientos de sangre. La forma más común de nutrirse es volando por una ventana, en forma de murciélago y entonces morder a la víctima en el cuello y succionarle toda la sangre. Los vampiros no pueden entrar a una casa sin ser invitados, pero en cuanto tienen el permiso, pueden entrar tan a menudo como ellos quieran.
El vampiro no es peligroso solo porque mata a las personas sino porque sus víctimas después de muertas se convierten en vampiros. El lado mas fuerte de los vampiros es que son casi inmortales, sólo algunos ritos muy especiales poden matarlos tal como: poner una estaca en su corazón, cortar su cabeza o quemar su cuerpo.
Erszebeth Bathory

Erszebeth Bathory nació en 1560 en el seno de una riquísima familia húngara y pertenecía a la más rancia aristocracia (su tío era el rey de Polonia). Desde su infancia, estuvo influenciada por su nodriza, que conocía las artes de la brujería. A los 11 años se prometió al conde Ferenz Nadasby y a los 15 años se casó con él. El conde era un guerrero al que se conocía como El Héroe Negro.

Juntos se marcharon a vivir al castillo familiar de los Nadasby, el Castillo Csejthe, situado en la cima de una colina por los Cárpatos. Como solía ausentarse a causa de las guerras, Elizabeth comenzó a asistir a las orgías organizadas por su tía Karla, que era lesbiana.Fue en estas fiestas donde empezó a desarrollar una gran afición por el sadismo y, tras la muerte de su esposo en 1604, comenzó a disfrutar cada vez más torturando a niñas hasta la muerte, consciente de que su noble abolengo le otorgaba total autoridad sobre sus siervos. En lo más crudo del invierno ordenaba que desnudaran a las niñas en el patio y que las rociaran con agua hasta dejarlas literalmente convertidas en estatuas de hielo. A partir de ese instante comenzó a rodearse de gente dedicada a la brujería, alquimistas y hechiceros. La condesa era extraordinariamente hermosa, y su mayor preocupación era envejecer, ya que no soportaba la idea de perder su belleza. Asustada por este irremediable hecho, Erszebeth pidió consejo a su nodriza quien le "informó" de que para conseguir ser siempre joven necesitaba hacer un sacrificio humano, el de su doncella, y bañarse en la sangre de su víctima para conseguir la belleza eterna.

Fue a la muerte de su marido (que no veía con malos ojos su comportamiento cruel, ya que era partidario de disciplinar al servicio) cuando Erszebeth se cobró su primera víctima, una joven sirvienta que la estaba peinando. La joven dio un tirón a su pelo y Erszebeth la abofeteó con tal ímpetu que la hizo sangrar. Su mano quedó manchada y Erszebeth, en su imaginación, creyó ver que el trozo de piel manchado de sangre rejuvenecía y tenía mejor aspecto que el resto de su cuerpo. De inmediato, ordenó que le cortasen las venas a la joven sirvienta y llenaran la bañera con su sangre.

Erszebeth terminó por viajar por sus dominios en carruaje, de pueblo en pueblo, buscando víctimas. Cuando encontraba a una niña o jovencita hermosa, convencía a sus padres de que se la entregaran, prometiendo trabajo y un hogar en su castillo para la desventurada muchacha. Pero su destino era muy distinto; acababan encadenadas en el sótano del castillo, salvajemente torturadas y finalmente asesinadas para extraer su sangre (del desangramiento se encargaban tanto sus sirvientes como la propia Erszebeth). A menudo hacía luchar a las chicas entre sí haciéndoles creer que perdonaría la vida de la vencedora. Los cuerpos de las víctimas se enterraban cerca del castillo y los hechiceros de los que la condesa se rodeaba los aprovechaban para sus rituales de magia negra.

Pero los habitantes de los pueblos de los contornos no eran estúpidos, y se dieron cuenta de que todas las chicas que eran enviadas al castillo desaparecían para siempre sin que nadie volviera a hablar de ellas. Tras once años de desapariciones, los campesinos comenzaron a investigar por su cuenta y hallaron varios cadáveres de chicas jóvenes en las inmediaciones del castillo. Desde entonces, cada vez que aparecía la condesa en su carruaje, escondían a sus hijas. Informaron al rey Mathias II de sus sospechas, pero el rey se lo tomó con calma; no fue hasta 1610 cuando envió una tropa de soldados al mando del propio primo de Erszebeth, Gyorgy Thruso.


Los soldados entraron en el castillo y descubrieron a una pálida joven que se estaba desangrando y tenía el aspecto de haber sido torturada. Alarmados, registraron en profundidad el castillo. En el sótano encontraron muchas víctimas aún con vida, terriblemente torturadas y con suficientes cortes como para atestiguar que habían servido como fuente de la eterna juventud para la condesa. Encontraron también una jaula de hierro con forma humana que en su interior estaba llena de pinchos. Ahí metían a las chicas cuyos pinchos atravesaban sus cuerpos, alzaban la plataforma y la condesa se ponía debajo para ducharse con la sangre de las mujeres.De inmediato, detuvieron a la condesa y a sus brujos y sirvientes. Estos fueron decapitados o quemados en la hoguera, pero Erszebeth era noble y amiga personal del rey húngaro, por lo que se le condenó a ser emparedada de por vida en su propia habitación, dejándole sólo una ranura por donde le pasaban comida y agua.

Cuatro años más tarde, la condesa dejó de comer, y finalmente falleció de inanición, a los 54 años, sin haber pronunciado una sola palabra durante su cautiverio.




VLAD TEPES

En el siglo XV, uno de los príncipes de Valaquia, provincia bajo la dominación turca, ubicada entre los Alpes de Transilvania y el Danubio, es conocido con el nombre de Vlad Dracul, este ultimo término significa dragón, el emblema del rey. Cuando su hijo Vlad IV, nacido en 1430, lo sucede a la edad de veinticinco años, recibe el título de Drácula, es decir, hijo del Dragón. Desde su infancia, Vlad tepes es confrontando con la violencia. Ve a su padre asesinado y su hermano mayor enterrado vivo.
Fue educado como cristiano en Transilvania, pero su padre le dejo como rehén entre los turcos cuando solo tenia trece años, y de repente el joven Drácula se encontró rodeado de personas cuyo lenguaje y religión no comprendía. El padre y la madre de Drácula volvieron a casa dejando abandonado al chico en Turquía, y el sultan le retuvo allí como una especie de seguro humano que le garantizaba que el padre de Drácula no le atacaría.
El joven Drácula fue enviado en barco hasta el castillo de Egrigoz, una fortaleza que se encontraba a gran altura en las inaccesibles montañas del Asia Menor. Drácula estuvo prisionero hallo desde 1444 hasta 1448, cuando le llego la horrible noticia de que su padre había violado la promesa hecha al sultán y había declarado la guerra a los turcos ... siendo plenamente consiente de que obrando así ponía en peligro la vida de su hijo. El padre llego al extremo de hablar de ello en una carta dirigida a varios pueblos y ciudades de Transilvania. Esta terrible traición debió enseñar a Drácula que la vida no vale gran cosa. Por suerte -pero no gracias a su padre -, el sultán decidió no replicar matando a Drácula, y siguió utilizándolo como peón en sus planes y negociaciones diplomáticas.
Vlad Drácula acabó consiguiendo hacerse con el poder en el sur de Rumania gracias al apoyo de los turcos. Vlad Tepes a pesar de sus sombría personalidad, es aún considerado por muchos rumanos como héroe nacional por haber intentado liberar las provincias rumanas de Valaquia, Moldavia y Transilvania del demonio de invasor turco. El es uno de los jefes guerreros mas temido por las tropas de ocupación del sultán Mehmed el Conquistador. Sin embargo, en 1462, es vencido y debe refugiace en Hungría, donde es nuevamente tomado prisionero por razones políticas hasta 1473. Drácula no quería alrededor ningún heredero en potencia que pudiera desafiar su poder absoluto.
En una ocasión en que estaba de muy mal humor, su amante cometió la imprudencia de creer que podría animarle diciéndole que estaba embarazada porque daba por sentado que Drácula se alegraria de oír esa buena noticia. Drácula no se alegro <> le dijo, y tomo un cuchillo y la abrió en canal para que <>. Drácula utilizó todo tipo de procedimientos para eliminar a cualquier joven rival al trono: el padre de Drácula había sido ilegitimo y consiguió reinar, por lo que Drácula procuró librarse de tanto hijos legítimos como ilegítimos.
El empalamiento en una estaca de madera o hierro, es su método favorito para desacerce de los prisioneros turcos o de sus opositores -de ahí si sobrenombre. En el siglo XV, su crueldad es conocida y grabado alemán de 1499 lo muestra festejando en medio de los cadáveres empalados. Se estima entre 50.000 y 100.000 el numero de sus víctimas empaladas, quemadas o incluso desolladas vivas durante su corto reinado de una decena de años. Como sutil refinamiento el príncipe a menudo manda engrasar o arromar la punta de las estacas para prolongar la agonía de sus ejecutados.
Su sadismo no conoce limites: crónicas locales cuentan que para castigar a unos emisarios turcos que no se descubrieron en su presencia, ordena que se les clave fez en el cráneo. En otra ocasión, manda reunir a una gran cantidad de pobres y minusvalidos en una amplia sala cerrada bajo el pretexto de invitarlos a un banquete y ordena prenderle fuego. Un día Vlad le pregunta a un amigo que piensa del Bosque, en el cual se encontraban un sin fin de personas empaladas. Y el amigo responde : "Pues, huele un tanto mal..." Entonces Vlad lo empaló y le pregunto : "¿estando ahí arriba lo hace oler mejor?". Empalaba generalmente a los infieles y mujeres promiscuas, Vlad no solo empalaba personas también los mataba cortando sus órganos sexuales o desollándolos vivos y después exponiéndolos en público. Vlad disfrutaba las ejecuciones en masa. En otra ocasión, Vlad mandó poner una mesa, con un banquete delante de sus víctimas empaladas, para disfrutar de una lenta cena en medio de ese paisaje de agonía y muerte.
Tras haber invadido la provincia de Cinibio, incendio muchisimos pueblos muy habitados y, con este talante, arrastro hasta Valaquia a muchos hombres encadenados, a los que hizo empalar. Algunos mercaderes, que se sentían atraídos por la promesa de recibir protección por parte del estado, fueron despojados de todos sus bienes y asesinados mientras atravesaban Valaquia cargados de mercancías preciosas. Ordeno que le llevaran desde Vurcia a 400 niños parar enseñarles la lengua de Valaquia; en lugar de eso, los hizo encerrar en un horno para ser quemados . Hizo que asesinaran a los hombres mas nobles de su estirpe y a todos sus parientes cercanos, junto con sus mujeres e hijos. Hizo enterrar a algunos de sus servidores hasta el ombligo y los atravesó con sus flechas; a muchos otros los desolló.
Capturó en batalla a un cierto Daym, hijo de otro Daym voi-voda; mientras estaba todavía vivo y consciente, le hizo construir una tumba y ordenó a los sacerdotes que celebraran sus exequias; una vez éstas se hubieron llevado a término, cortó la cabeza al prisionero. Cincuenta y tres embajadores que habían sido invitados por los transilvanos fueron arrojados a prisión y, tras haber invadido sus tierras, aprovechando la circunstancia de que no podían tener ninguna actitud hostil, lo arrasó todo a hierro y fuego.
Hizo empalar a Ceilino, jefe de sus tropas, porque no había sabido satisfacer su monstruosidad. Hizo empalar hombres de Vurcia, que habían caído en sus manos mientras se dirigían a otra provincia. A un cierto Zegano, que rechazó colgar con sus propias manos a un ladrón que había sido hecho prisionero, lo hizo cocer en una gran caldera y lo dio a comer a sus conciudadanos.
Llegó a arrancar del seno de sus madres a bebés que estaban mamando para estrellarlos contra una roca ante ellas. Llegado a la provincia de Transilvania, convocó a todos los valacos que allí habitaban, ofreciéndoles su amistad; una vez los tuvo reunidos, lanzó a los soldados contra ellos y los exterminó; luego, incendió sus poblados. Se dice que con estos métodos mató a más de 30.000 personas.
En el año 1462, el emperador de los turcos, a cuyo poder estaba sometido, le pidió un tributo. Él respondió que iría personalmente hasta Adrianópolis para llevárselo, luego pidió una carta que mostrar a los prefectos del lugar para poder viajar, mató a los prefectos turcos que fueron a su encuentro y, tras realizar verdaderas masacres en las poblaciones que encontraba a su paso, mató a más de 25.000 personas de ambos sexos, entre las que perecieron incluso algunas bellísimas vírgenes, si bien habían sido pedidas como esposas por los valacos.
Llevó hasta Valaquia a un gran número de prisioneros, algunos de los cuales fueron desollados, otros fueron asados sobre el fuego atravesados por varas de hierro y otros fueron hechos en aceite hirviendo; los restantes fueron empalados; el campo en el que sucedieron estos hechos parecía una selva de palos. L. J Tras haber cometido tales fechorías, fue por fin capturado por Matías, rey de Hungría, el mismo invierno en el que el papa Pío volvió a Roma procedente de Todi. [...]
Durante una batalla con los turcos que tubo lugar a finales de 1476, Drácula de puso el uniforme de un soldado turco para poder inspeccionar mejor el campo de batalla. Se encontró con unos cuantos soldados suyos, y se supone que no lo reconocieron a causa del disfraz de turco y le dispararon flechas. Drácula mato a cinco o seis soldado con su lanza, pero la inferioridad numérica era abrumadora: los soldados dispararon mas flechas y le mataron. Después le cortaron la cabeza y se la entregaron a los turcos como trofeo de victoria porque los soldados turcos seguían teniendo un miedo terrible al hombre a quien llamaban el <>. El sultán exhibió la cabeza de Drácula en las murallas del castillo Topkapi de Estambul.

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